sábado, 28 de abril de 2007

BELGRANO 0 - ARGENTINOS 2

Por Reinaldo Martinez.
Enviado especial en Cordoba.

Le pegó desde Núñez.
Y la metió en Córdoba: Leonel clavó un golazo desde casi 60 metros con el que Argentinos complicó más a Belgrano.

No es curioso que Belgrano haya hecho buenos partidos en el Monumental, ante River (1-1), y en el Cilindro, contra Racing (3-3). Porque es un equipo preparado para jugar de contra. Cuando le toca tomar la iniciativa, ser el motivador del juego, le cuesta muchísimo. Y es lo que se vio anoche. Porque además recuesta su juego en sus dos carrileros, Donnet, por derecha, y Oyola, por izquierda. Y ninguno de los dos gravitó. Entonces el Pirata terminó siendo una banda. Un equipo turbulento, con escaso volumen de fútbol y, particularmente, desconcentrado. Ante este panorama, Argentinos, su rival, hizo un planteo excelente. Se paró como lo hace Belgrano de visitante: esperó y salió de contra. Tampoco le sobró nada, pero en uno de esos repiques que tuvo, Pablo Barzola encaró solo, recorrió unos 20 metros sin que nadie lo molestara, tuvo tiempo de perfilarse, y, a la altura de la medialuna, pateó esquinado, de derecha, y rompió el cero. Fue un buen negocio para el Bicho, un equipo aplomado, tranquilo, que esperó su momento. Lo tuvo y gatilló. El segundo tiempo fue exactamente igual que el primero. Primo intentó ser más ofensivo: puso un punta más por un defensor, pero la tónica no cambió. Belgrano terminó siendo el mismo equipo irresoluto. Apenas un cabezazo de Soriano pasó cerca del palo. En el visitante, la defensa fue férrea y casi no permitió que su adversario pisara el área. Y la presión empezaba en los volantes. Carrera y Hauche se comieron a los carrileros y Ortigoza y Sarmiento fueron dos volantes que recuperaban e iban para adelante. La mejor muestra estuvo en el segundo gol. Barzola acorraló a Mansanelli sobre el ataque derecho de la B, recuperó y cedió a Núñez, quien, con frialdad, como un asesino a sangre fría, no se le movió un pelo para pegarle al arco desde casi 60 metros, desde su propio campo, apenas pisando el círculo central. Un go-la-zo para ver una y otra vez. No había manera de que Montoya lo evitara. Sube Argentinos y sonríe. El 0-2 complicó aún más a Belgrano.

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